Si alguien visita los sitios recomendados, existe la posibilidad, por pequeña que sea, de que le gusten tanto como a mi.
En París, en el corazón de la isla de San Luis, este restaurante, es uno de esos sitios mágicos que se te quedan en la memoria para siempre…
Lo que más me gustó nada más entrar fue ver su obrador donde hacen el pan cada día. Entrar en un sitio y que huela a pan recién hecho…es el mejor comienzo.
La nave ofrece un ambiente muy agradable, es pequeñita pero muy acogedora, se te puede pasar el tiempo sin que te des cuenta: curiosenado o eligiendo joyas y libros.
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